2018, instalación fotográfica y sonora.
Desde tiempos inmemoriales, las sociedades han adoptado las representaciones de los pueblos originarios como causas propias, intentando con esto realizar una mimesis cultural a través del arte. Ante esto, cabe preguntarse: ¿qué tanto podemos representar desde una vereda que no nos corresponde? ¿Cuánto de una representación artística, en un espacio público, podemos sentir como propia? La obra Cabeza de indio presenta un intento de responder a estas preguntas a partir de la crítica a la escultura Al pueblo indígena de Enrique Villalobos, ubicada en la Plaza de Armas de Santiago de Chile, y de la fuerte creencia de que, para el pueblo Mapuche, esta representa la perspectiva de una sociedad mestiza ignorante y poco empática, que hace prevalecer un periodo colonial violento.